domingo, 20 de noviembre de 2011

La Quiero y Quiero

Sí, es verdad. De verdad la quiero. De verdad quiero hacerle el amor todas las noches, acariciar y frotar sus pezones; lamer, succionar y chupar su monte. Quiero estimularla, humedecerla. Quiero devorarla, comerla. Quiero tocarla sin cansancio, desnudar su alma y desnudarla a usted, lentamente, para mostrarle el mundo y que me lo enseñe, tan grande como es. Hacerme experta en su placer. Sí, la quiero y porque la quiero, quiero ser su amante. La reina de su cama, de sus labios, de su vagina. Penetrarla siempre que me lo pida, con los dedos, con la lengua. Gobernar su clítoris. Deseo que estalle y que de entre sus piernas escurra, irradie. Estará erecta con mirarme, se lo aseguro y también le digo que gritará, gemirá; su cara se volverá extraña preguntando de dónde vienen las contracciones y usted se retuerce, yo disfrutaré también. Me haré su ama, la dueña de su periné, de su punto G y al terminar usted tumbada, caeré suavemente encima para besarla de la punta de sus ideas hasta llegar a los pies.

Pídemelo Amor, vamos a trabajar con tu clítoris, con tus orgasmos. Ayúdame, dime cómo que de lo demás yo me encargo.

Te advierto, no soy una experta pero... ¿Así te gusta?



                                   Esa Maldita Yo

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