martes, 20 de noviembre de 2012

¿Por qué será que extrañamos cuando no hay nada que extrañar?

Ni besos, ni abrazos, ni caricias, ni silencios, ni pasiones, ni suspiros, ni miradas, ni amores, ni conversaciones, ni secretos, ni absolutamente nada porque todo ello no eran más que mentiras, no era amor eran mentiras, no era nada más. ¿Por qué se extraña aquello que sabemos no era más que un repugnante engaño?


... A veces por amor se vive, a veces por amor se extraña.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Entre mis suspiros

Termino con la última palabra que sale de mis labios, apenas suena entre la oscuridad de la noche con lluvia y el silencio sonoro de tu respiración. Te he dicho más de mí de lo que debería, te he hablado más de lo que me he atrevido a escribir sobre la persona que soy. Atento contra mis adentros dejando de ocultar tantos secretos, sentimientos y estados. Sabes suficiente, lo necesario para saber cuándo debes quedarte y abrazarme con fuerzas o aguardar tras la puerta mientras me calmo. El Sábado pensé que harías lo mismo de siempre, no esperaba nada y tampoco me importaba pero entonces, sentí cómo me rodeaste y la  calidez de tus brazos la pude sentir fuerte, muy fuerte. No estoy segura de que me entiendas, en decir, a veces ni siquiera yo logro hacerlo. Pero cuando digo -te necesito- es porque realmente eso sucede, te necesito. No sé cómo, ni qué podrías hacer exactamente. Pero no cierres los ojos, no te duermas. Mantente alerta por ésta vez, cuida y vigila de éste insomnio que me agobia y no me suelta nunca. Dices que soy egoísta, debes levantarte temprano, lo sé, lo sé, pero olvida el tiempo y tus actividades, sólo quédate conmigo y no me dejes porque en verdad te necesito aquí conmigo, en éste instante, entre cada uno de mis suspiros. Tal vez decidí tomar más de tu confianza, no pude evitarlo, así pasó, así han sido las cosas. Intentaré moderarme, tú no puedes resolverme y eso me ha quedado claro porque concluyo, el insomnio no me deja dormir y aunque yo lo necesite y me obligue, simplemente no puedo. ¿Cómo hacer para que se vaya tu sueño? Yo no pude, tú tampoco y mi necesidad de ti muchísimo menos. Dices que son quejas, no lo eran, trataba de que pudieras abrir los ojos y es pasado, por ahora ya no importa porque así sucedió. Quiero que olvides cada palabra que pronuncié y cada sentimiento que te revelé, quiero que no lo recuerdes y quisiera que mientras estabas dentro de los sueños yo hubiera hablado con el aire, sola, sin que tú ni nadie pudiera oír, ni siquiera tu conciencia. Porque en la inmensidad de la noche, la mirada me quedó fija en el infinito, en dónde hay tanto que pareciera que no hay nada.