sábado, 8 de octubre de 2011

Gotitas con Rumbo

    Foto tomada por mí, hoy, en cualquier lugar.

       Aburrición, cansancio, cómodamente incorrecto cuando a mi alrededor la mayoría lucha por una segunda oportunidad aun sin quererlo. Desvié la mirada, estaba de más pues, no la necesitaban porque sólo curioseaba para cambiar la escena. ¿Qué más debería haber? evoqué un suspiro, estiré los brazos al cielo y troné en un estirón placentero y necesario los huesos que me cargan.

          Alguien aumentó el volumen, no era música agradable pero preferí guardar silencio, pensé que era tan inoportuno aquél sonido, enchuequé la boca en protesta pero ninguna persona lo notó.

          Tic-Tic-Tic-Tic-Tic-Tic... sin darme cuenta quedé hipnotizada por la danza de unas pequeñas gotitas que caían sin temor. Iban unas tras otras sin detenerse, a paso firme como los soldados, obedeciendo las órdenes incuestionables de su oficial al mando, la gravedad.

          - Que fácil es su vida, ellas ya tiene su camino fijo y bien marcado, yo en cambio encuentro tan ramificado el mío que apenas puedo decidir por donde ir. Por un momento sentí envidia, ellas tenían todo tan claro. 

           Tic-Tic-Tic-Tic-Tic-Tic-Tic... ellas continuaban cayendo. Seguía observando su ruta, -que corta es su vida, es tan rápida que no tienen tiempo para disfrutarla, llegan enfrascadas para ser liberadas y después avanzar sin retroceder y llegar al final de su camino en el que dejan de ser gotas para desintegrarse y formar parte de algo que no tiene nada que ver con una gota- olvidé la envidia pues cambió de eso a sentir pena por ellas. No tienen opciones, no pueden decidir y cuando alguna en busca del cambio intenta respirar la vida y la libertad, crea la inminente burbuja de aire, arrancando (algunas pocas o muchas veces) la vida del que las transmutará para que, de todas formas lleguen al mismo destino. ¿Cómo elegir así?

          Me despedí de ellas, me despedí de toda esa agua que las unía como hermanas, me despedí de la manguera, de la aguja, me despedí del suero. 

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