Debería estar iniciando mi estudio y como me pasa cuando debo hacer algo de esa índole, termino escribiendo incoherencias. Hoy es así, pongo atención de más a todo lo que me rodea, el ruido del ventilador, la cortina moviéndose, la pata del perro sobre mi pie, la barra de búsqueda de Google en la que trazo letras para leer tantas cosas que no había buscado antes (Biografías, Historia, Música, hasta deporte). Y después una inspiración que no es real pues, escribo sin detenerme para no tener que parar a mirar el gordo libro que me espera ansioso y después para ignorar la hoja de Word que aun guarda la mitad de mi tarea que no termino porque estoy “inspirada”.
Ahora me detengo y me bombardea el molesto sentido de la responsabilidad, –Deja de escribir tonterías ya es hora de terminar la tarea y estudiar. Aléjate racionalidad que para estudiar me faltan muchas ganas y ellas de todas formas llegarán solitas y apuradas cuando el tiempo lo tenga encima y esté a unas cuantas horas del examen.
Y me sigo haciendo tonta…
- ¿No será mejor dormir ahora?
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