domingo, 6 de mayo de 2012

Ahora, Nada.

¿A partir de dónde el ser humano puede sentirse completamente acorralado?  

Entró a su casa y cerró la puerta con un azotón malhumorado. Todo se quedaba fuera y ahora, al fin se observaba completamente solo, rodeado de la cálida y tranquila atmósfera que tanto disfrutaba. Encendió la chimenea y echó dentro la caja que llevaba cargando desde la mañana. Sabía que no era nada bueno lo que hacía, pero ver consumir por las llamas todos esos libros y papeles lo liberaban de la angustia que llevaba metida hasta los zapatos. Después de ocho años laborando como un exitoso gerente, de haber visto el dinero incrementarse a sus anchas, de viajar a diferentes partes del mundo cada vez que acumulaba días de vacaciones, de comprar los mejores autos y vivir en una hermosa casa, se queda parado con las manos en los bolsillos y completamente desempleado. No podía mirar hacia el futuro porque el pasado y el presente de hace algunas horas lo atormentaban, de repente todo se fue y quedó expuesto a la nueva realidad, de golpe, sin previo aviso y la nueva vista angustiaba, agitaba. 
Pasó su vida por su mente en cuestión de minutos y de nuevo, estaba varado frente a la flameante llama caliente, con las manos sudorosas y la garganta seca, como un desempleado más. Sus esfuerzos fueron derrumbados como las mismas torres gemelas que, nos se cayeron, las tiraron a golpes.
Abatido y sin ganas, avanzó hasta el sofá que lo esperaba frente al fuego, se arrojó en éste y cerró los ojos. En ese momento él no podía pensar sólo sentirse desdichado por todo lo que se iba de las manos.
- ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?





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