El aire mueve los colores ambulantes.
Un danza espontánea y natural,
dragones, mariposas van bailando sin cesar.
Carcajadas infantiles en el cerro iluminado.
Corren y corren, están animados.
Los tambores viejos van sonando y
mira los dragones se alejan entonados.
Una tarde tranquila y alegre,
se reúnen en aquél lugar,
hombres y mujeres suben
a ver los colores bailotear.
Libertades con el viento.
Yo agarro a mi animal muy bien,
no sea que se me vaya y
no sepa jamás de él.
Cuando el aire recio ha calmado
y la luna blanca su cara asoma
jalamos de las largas colas
de nuestros juguetes de papel.
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