Desperté un día con la voz de tu madre al teléfono, me pidió que fuera a tu funeral porque te has suicidado.
- Se suicidó - fueron sus últimas palabras antes de caer en llanto.
- Ahí estaré.
Ésto me provocó un inmenso vacío.
Llegué al velorio, todo me parecía más oscuro. Abracé a tu madre pero no dije nada, no podía.
Avancé hacia el féretro, te miré un rato esperando un por qué pero, no dijiste nada.
Me acerqué a tu rostro, suspiré sobre tu cara y te dí un últmo beso en los labios, el último.
La frialdad y el vacío me durarán toda la vida.
Salí del lugar sin que nadie lo notara y caminé, caminé hasta perderme.
Ya lo sabía, algunas veces lo mencionaste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Opiniones: